lunes, 30 de septiembre de 2024

 

RETO 1

Objetivo 5: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas

La igualdad de género es un derecho humano fundamental, independientemente del país de residencia. Avanzar en la igualdad de género es fundamental para crear una sociedad sana en todos sus ámbitos, desde la reducción de la pobreza hasta la promoción de la salud, la educación, la protección y el bienestar de niñas y niños.

https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/gender-equality/

En este sentido, ser feminista no significa que pensemos que las mujeres merecemos derechos especiales; significa que sabemos que merecemos los mismos. El feminismo no habla de superioridad. No discrimina, menosprecia o castiga al otro género. Simplemente combate las desigualdades que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo. No luchamos por ser “más”, luchamos por ser igual.

https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/blog/historia/articulo/razones-por-las-que-el-mundo-necesita-el-feminismo/

Noticia de reflexión: La violencia sexual cometida contra Gisèle Pelicot en Francia

Sirva el marco propuesto más arriba para contextualizar la noticia sobre la que quiero reflexionar, no en su extensión, sino desde dos aspectos muy precisos:

-        El perfil de las personas abusadoras

-        La actitud de Gisèle en medio de esta experiencia vital

Las desigualdades que evidencio en la situación presentada son las siguientes:

ü  La falta de atención y seguimiento de parte del personal sanitario y de la justicia

ü  La falta de vigilancia policial en redes sociales que durante años no pudo descubrir la difusión que se daba tanto a videos pornográficos como a la oferta y mercadería a la que la víctima era sometida.

ü  El cuestionamiento sufrido por la víctima de parte de acusaciones que habrían dudado sobre su falta de inconsciencia ante la violencia padecida.

Quiero centrarme en el análisis de los perfiles de las personas que abusaban de Gisèle porque me cuestiona la pluralidad de los mismos; a parte de algunos que sufrían de patologías, abusos en su infancia o limitaciones intelectuales, además de que se habla de ellos como manipuladores, narcisistas y egocéntricos, se afirma que tenían vidas estructuradas, empleos, familia, en definitiva, “señores como todo el mundo”.

Esto es lo que me cuestiona, esa doble vida que no queda justificada ni por abusos en la infancia ni por antecedentes policiales ni por adicciones; las experiencias vividas por duras que sean no pueden explicar el abuso, la violencia, la humillación y el deseo de dominio sobre ninguna persona.

 Esa necesidad de dominio y de abuso sobre la mujer, socialmente pseudo aceptado y que nadie fue capaz de cuestionar ni ante el que reaccionar es la que puede haber acompañado esa violencia mantenida durante años contra esta mujer.

Y con ella quiero concluir esta parte de mi reflexión, con su actitud valiente de que este proceso se convierta en altavoz de “todas las mujeres que tal vez nunca serán reconocidas como víctimas”.

Creo que ciertas estrategias pueden contribuir a frenar que situaciones como la que se ha conocido sigan sucediendo, manteniéndose en la sombra o silenciándose impunemente:

-        La formación continua de los profesionales implicados como sanitarios y agentes del orden.

-        Hablar públicamente, que es lo que con tanta valentía está haciendo Gisèle, “para que la vergüenza cambie de bando”, y no siga cargando la mujer con el peso social de la humillación de la violencia.

-        Hablar en familia de estas situaciones que se producen, ya que tantas veces la vergüenza puede llevarnos a mirar a otro lado; reflexionar sobre las mismas, hacerlo juntos, en nuestros ambientes, yendo más allá del morbo y el sensacionalismo nos puede ayudar sin duda, a crecer en respeto y a no silenciar situaciones de abuso que podemos identificar cerca de nosotros.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/senores-como-todo-el-mundo-como-son-los-violadores-que-se-metieron-en-la-cama-de-gisele-pelicot-nid29092024/

lunes, 23 de septiembre de 2024

 Me llamo Pilar Sánchez Medina y tengo 55 años; soy de Valencia y aquí he empezado a trabajar en julio en la Oficina de Extranjería como C1. Regresé a esta ciudad después de vivir casi toda mi vida fuera, en varias ciudades de España y en distintos países de África.

Me he movido, sobre todo, en el ámbito socio educativo colaborando en Burkina Faso, Togo y Mozambique en proyectos de promoción para jóvenes y en otros de ayuda a niños huérfanos del SIDA.  En España he trabajado, básicamente, en educación y en empresas de inserción desde el ámbito de los recursos humanos. 

Implicarme en este espacio de formación sobre el tema de la igualdad me lleva a conectar con el recuerdo de muchas experiencias de mujeres y niñas que en otros espacios culturales luchan por emerger, ser ellas mismas, respetarse y pedir respeto e igualdad en medio de obstáculos muy dolorosos. Sin duda, ellas me ayudaron a conectarme en muchísimas ocasiones conmigo misma y en ayudarme a comprender la cantidad de patrones sociales y culturales que me había construido e integrado sobre la desigualdad. 

Agradezco muchísimo la oportunidad de este curso como espacio de diálogo, reflexión, encuentro y búsqueda compartida. Lo percibo (valiéndome de la  luminosa intervención de Priscila en la charla de este día), como un espacio de amanecer, de búsqueda de luz en que, si bien es importante considerar esos patriarcados de consentimiento, no menos podemos olvidar esas situaciones en que patriarcados de coerción espolean mi conciencia ante tanto sufrimiento e injusticia ante la mujer.

Creo que, en definitiva, una y otra cara de una misma realidad nace de una misma debilidad y continúa siendo posible porque el dominio y la manipulación siguen encontrando personas sobre las que ejercer una influencia negativa y lamentable. 

Por eso, espacios así son tan necesarios y adecuados para conectar con nosotros y con nosotras, ser dueños de nuestra manera de ser, abrir horizontes y crecer en libertad. Esto exige cambio y riesgo, así es que bienvenida esta ocasión.

En conclusión, es así como me veo, como una caminante que se apoya en un bastón que simboliza la cantidad de ayudas y luces que voy recibiendo en mi experiencia vital, sin todo ello no sería la que soy.

Dejo el enlace a una reflexión que me parece muy sugerente: las palabras que Meryl Streep ha pronunciado en la Asamblea de la ONU reivindicando la dolorosa situación que las mujeres en Afganistán siguen padeciendo: hasta un pájaro o un gato tienen más derechos que ellas. 

https://www.youtube.com/watch?v=bTd8SqxVJmE

De nuevo, gracias por esta oportunidad.

RETO 5. ATERRIZANDO EN NUESTRA REALIDAD

      Cuando se realiza una experiencia de reflexión tan intensa como la llevada a cabo, jalonada de tantas etapas, con tantos contenidos ap...