lunes, 23 de septiembre de 2024

 Me llamo Pilar Sánchez Medina y tengo 55 años; soy de Valencia y aquí he empezado a trabajar en julio en la Oficina de Extranjería como C1. Regresé a esta ciudad después de vivir casi toda mi vida fuera, en varias ciudades de España y en distintos países de África.

Me he movido, sobre todo, en el ámbito socio educativo colaborando en Burkina Faso, Togo y Mozambique en proyectos de promoción para jóvenes y en otros de ayuda a niños huérfanos del SIDA.  En España he trabajado, básicamente, en educación y en empresas de inserción desde el ámbito de los recursos humanos. 

Implicarme en este espacio de formación sobre el tema de la igualdad me lleva a conectar con el recuerdo de muchas experiencias de mujeres y niñas que en otros espacios culturales luchan por emerger, ser ellas mismas, respetarse y pedir respeto e igualdad en medio de obstáculos muy dolorosos. Sin duda, ellas me ayudaron a conectarme en muchísimas ocasiones conmigo misma y en ayudarme a comprender la cantidad de patrones sociales y culturales que me había construido e integrado sobre la desigualdad. 

Agradezco muchísimo la oportunidad de este curso como espacio de diálogo, reflexión, encuentro y búsqueda compartida. Lo percibo (valiéndome de la  luminosa intervención de Priscila en la charla de este día), como un espacio de amanecer, de búsqueda de luz en que, si bien es importante considerar esos patriarcados de consentimiento, no menos podemos olvidar esas situaciones en que patriarcados de coerción espolean mi conciencia ante tanto sufrimiento e injusticia ante la mujer.

Creo que, en definitiva, una y otra cara de una misma realidad nace de una misma debilidad y continúa siendo posible porque el dominio y la manipulación siguen encontrando personas sobre las que ejercer una influencia negativa y lamentable. 

Por eso, espacios así son tan necesarios y adecuados para conectar con nosotros y con nosotras, ser dueños de nuestra manera de ser, abrir horizontes y crecer en libertad. Esto exige cambio y riesgo, así es que bienvenida esta ocasión.

En conclusión, es así como me veo, como una caminante que se apoya en un bastón que simboliza la cantidad de ayudas y luces que voy recibiendo en mi experiencia vital, sin todo ello no sería la que soy.

Dejo el enlace a una reflexión que me parece muy sugerente: las palabras que Meryl Streep ha pronunciado en la Asamblea de la ONU reivindicando la dolorosa situación que las mujeres en Afganistán siguen padeciendo: hasta un pájaro o un gato tienen más derechos que ellas. 

https://www.youtube.com/watch?v=bTd8SqxVJmE

De nuevo, gracias por esta oportunidad.

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