miércoles, 23 de octubre de 2024

RETO 5. ATERRIZANDO EN NUESTRA REALIDAD

 


    Cuando se realiza una experiencia de reflexión tan intensa como la llevada a cabo, jalonada de tantas etapas, con tantos contenidos aprendidos, con el descubrimiento de tantas experiencias que en distintos niveles se vienen poniendo en marcha, me sorprende un sentimiento encontrado entre esperanza y agradecimiento por lo mucho que se está haciendo y por los grandes pasos adelante que se han realizado, pero también de desafío porque tanta dedicación llegue de verdad a tantos ámbitos en donde todavía no han permeado aspectos tan evidentes sobre las personas en la sociedad.

    El Reto 2 con la propuesta de una persona en la vanguardia de la lucha por la igualdad fue uno de los momentos para mí más importantes; iba descubriendo tantos rostros, tantas historias, tanta valentía que me costó decidirme por la historia a ofrecer.

    En este último Reto y como respuesta a la inquietud planteada más arriba y que encabeza esta última etapa de nuestro Curso, me dispongo a aterrizar en las luchas escondidas, las de mujeres sin nombre famoso o conocido, ésas que en nuestros barrios y calles, en centros sociales, en pequeñas asociaciones aparentemente insignificantes han puesto su escucha, su consejo, su ánimo a tantas mujeres que se sentían sin fuerza para reivindicar la igualdad entre todos, en sus casas, en sus relaciones.

    Y lo voy a hacer con la poesía de una mujer, mi madre, que sin apenas cultura y sin títulos es una de esas personas que ha sabido poner su granito de arena luchando por la igualdad. A penas fue a la escuela porque hoy, desde sus 92 años, aún recuerda cómo tuvo que dejarla para trabajar en el campo. Pero, como le seguía gustando mucho leer y escribir no perdía oportunidad de hacerlo y, ya adulta se dedicó a escribir en poesía sus experiencias de vida y la de tantas personas que le pedían que contara su historia haciéndoles una poesía.

    De esta inquietud y de la escucha de muchas mujeres nació este grito con el que quiero clausurar esta entrada del Blog en recuerdo a tantas mujeres que jalonaron antes que nosotras y nosotros esta reivindicación tan actual y necesaria aún hoy.

AMAS DE CASA

¿Quién nos pondría la etiqueta a las que no trabajamos?

nos llaman Amas de Casa y a mí me causa hasta espanto. ¿Amas de casa nosotras?

¿Por qué nos llaman así? Si tan solo somos dueñas de la escoba y el mandil.

Sí, mandil o delantal que puesto sobre la falda nos protege en la cocina de salpicones y manchas.

¡Ah! y del cubo, las fregonas, las balletas y la plancha y todos los utensilios que se emplean en la casa,

pero hasta ahí nada más, pues no tenemos derecho tan siquiera de opinar 

en problemas cotidianos que surgen en el hogar.

En cuanto abrimos la boca a la cocina nos mandan:

"Tú, a fregar platos que es lo tuyo, que tú aquí no pintas nada"

Y a la cocina marchamos con la cabecita baja 

y bebiéndonos las lágrimas que de los ojos se nos escapan,

pues derechos no tendremos pero sentimiento sí,

y nos molesta y nos duele el que nos traten así.

¡Unámonos compañeras y juntas reivindiquemos los derechos que nos niegan 

y que nosotras tenemos!


sábado, 12 de octubre de 2024

 

RETO 3

POLÍTICAS PÚBLICAS POR LA IGUALDAD

 

La política pública que he elegido está centrada en la presentación de una iniciativa que conjuga el rasgo de la interseccionalidad, es decir, una situación concreta en la que diferentes tipos de discriminación y desventajas se concentran sobre un mismo grupo de personas, en este caso, mujeres con problemas de salud mental y en situación de exclusión social.

Conozco este proyecto desde sus inicios; para conocer más de él tenemos que coger una mochila y marcharnos a Salamanca, más concretamente al pueblo de Santa Marta, en donde hace 7 años se puso en marcha un proyecto de atención y acompañamiento a personas con problemas de salud mental y exclusión social; cuando quien padece estas situaciones es una mujer la problemática se agrava.

El Ayuntamiento de la ciudad, junto a la Asociación de Caritas y en estrecha colaboración con Servicios Sociales y Sanidad llevan adelante este proyecto que está suponiendo un apoyo fundamental a la sociedad en general y, especialmente, a las mujeres.

Voy a analizar la política pública elegida de la mano del testimonio de Toya, enfermera y filósofa, quien aunque trabaja en el Hospital Clínico de Salamanca, desde hace varios años ejerce una tarea de voluntariado con las mujeres que acuden a este proyecto pionero.

Los objetivos que busca y persigue en el empoderamiento de las mujeres son:

ü  Dotar a las mujeres de herramientas para entender su situación y proyectar otra lectura y perspectiva de ellas mismas y de su entorno que les haga tomar conciencia de la realidad de inferioridad en la que se encuentran y que han llegado a normalizar y a aceptar. Solo cuando hayan sido capaces de cambiar esa mirada podrán asumir ellas el protagonismo de sus vidas pudiendo hacerse respetar y defender sus derechos.

ü  Conocer a las mujeres que antes que ellas han sido capaces de realizar conquistas fundamentales en favor de la igualdad; recontar la historia desde otra visión más allá de la perspectiva masculina desde la que se han escrito los progresos históricos. Solo desde esos referentes tan innovadores se podrán abrir los horizontes de esta mujeres para ser conscientes de todo lo que en su día a día pueden hacer para seguir luchando por sus derechos.

ü  Tomar conciencia de los abusos sexuales y las formas de opresión a lo que unas y otras están sometidas y tantas veces padecen por la situación de calle, exclusión o enfermedad mental.

ü  Descubrir la responsabilidad que es de cada una de ellas para dejar una historia mejor, igual que a nosotras nos la han dejado como legado tantas mujeres, conocidas o no, por todos.

Estos objetivos pretenden incidir en los roles que siempre han asumido las mujeres y los espacios a los que ha estado limitada, el doméstico y el de la subordinación a los que tenían dinero y a los que decidían por ellas.

Los recursos  puestos a su disposición son de libre acceso para todas ellas; la participación en el mismo les posibilita acceder a puestos de empleo tras recibir una formación y pueden optar a una vivienda compartida que ellas mismas gestionan de forma cooperativa, facilitando el cultivo de su autonomía y sus habilidades sociales.

La representación ejercida por las mujeres en esta herramienta es fundamental ya que cada semana pueden participar en la orientación de las actividades que se llevan a cabo y sobre las que tienen voz de cara a mejorar su progreso personal.

El impacto que está teniendo es fundamental para el entorno, para las familias, para la sociedad, para los centros educativos en los que estas mujeres intervienen visibilizando su situación y sus luchas, pero, sobre todo, para ellas mismas al reconocerse capaces de ser protagonistas de su vida y salir de la situación de manipulación y opresión en la que han vivido durante largos años.

Los encuentros semanales que Toya realiza con estas mujeres, les permite hablar entre ellas, ser fuente de empoderamiento y fortaleza y disfrutar de un ambiente seguro que les devuelve la confianza y les permite vivir desde las fortalezas que tienen en medio de esa interseccionalidad de vulnerabilidades.

Consiguen que la sociedad nos pongamos las gafas de la acogida y la escucha cuando tantas veces marginamos, miramos de lado o de forma despectiva, a mujeres que padecen problemáticas tan complejas.

En conclusión, las fortalezas que desarrollan son, fundamentalmente, mirarse como compañeras desde una perspectiva reconciliada hacia ellas mismas y a su historia.

Consiguen alzar la voz y visibilizar sus realidades.

Identifican las diferencias entre sexo y género en medio de una interseccionalidad de situaciones de vulnerabilidad.

Consiguen hablar de la opresión estructural que a través del lenguaje se sigue ejerciendo en la sociedad y no implementar ni repetir patrones tantas veces interiorizados con los que se consigue el refuerzo de la marginación.

La capacidad que consiguen estas mujeres de luchar por su autonomía, su auto gestión y de la esperanza que se les abre del acceso al mercado de trabajo, gracias a la no dependencia de otras figuras.

No me atrevo a delinear debilidades en esta iniciativa ya que la capacidad de apoyo a las mujeres y las perspectivas que se les abren son a día de hoy fuertes y sólidas.

domingo, 6 de octubre de 2024

 

RETO 2. EL LARGO CAMINO HACIA LA IGUALDAD

Llevo días pensando qué figura presentar en este segundo Reto dentro de la propuesta del Curso sobre Igualdad. Me he dado cuenta de que no conozco a mi alrededor testimonios especialmente llamativos por su conquista en materia de igualdad, aunque sin ser deslumbrantes, sí que he trabajado codo a codo, con personas que, en materia de educación, trabajan desde lo cotidiano y la discreción en crear conciencia entre adolescentes de la fina capa que conduce hacia una sociedad que integra actitudes machistas, o que, por el contrario lleva hacia la libertad y la igualdad.

Aún así quería encontrar una figura relevante que saliera de los ejemplos más reconocidos ya socialmente y en mi búsqueda he encontrado la mujer que desconocía y que ha captado toda mi atención y mi interés desde que he empezado a leer sobre ella. Es por ello que hoy quiero profundizar en la deslumbrante y valiente personalidad de María Telo Núñez.

 

María Telo nace en Cáceres en 1915. Bajo la guía de su padre, notario de profesión, inicia los estudios de Bachillerato en Santander como estudiante libre y con la intención de estudiar Derecho y opositar al Cuerpo de Notarías Y Registros, gracias al acceso que se les permitió a las mujeres con el Régimen de la Segunda República.

En 1932 inicia sus estudios de Derecho en la Universidad de Salamanca; tras la interrupción de los mismos debido a la Guerra Civil, María consigue concluirlos en 1940 en la Universidad de Zaragoza. A inicios de esa década la familia se desplaza a Madrid tras la depuración realizada a su padre tras la Guerra Civil, momento en que el régimen franquista ya había implantado una legislación restrictiva a las mujeres impidiéndoles el acceso a las oposiciones.

En 1944, a pesar de la negativa del Jurado que la examinó, se convierte en la primera mujer miembro del Cuerpo técnico de Administración Civil del Ministerio de Agricultura y es la primera mujer que ocupa en España una Jefatura de Sección.

En 1952, se da de alta en el Colegio de Abogados de Madrid. Llega incluso a abrir un despacho, uno de los pocos en manos femeninas de la ciudad y ejerce la profesión durante 40 años.

 

Hace sólo 25 años que en España una mujer, sin el permiso expreso de su marido, no podía trabajar, ni cobrar salario, ni ejercer el comercio, ni ocupar cargos, ni abrir cuentas corrientes, ni sacar el carnet de conducir, ni siquiera poseía personalidad jurídica propia.

En 1956 ingresa en la Federación Internacional de Mujeres Juristas (FIMCJ), y ejerce como vicepresidenta durante varios años. Consciente de la injusta situación legal de las mujeres en España, inicia una actividad pública de denuncia de la misma.

En el año 1969 organiza el Consejo anual de la FIMCJ en Madrid y presenta en el mismo una ponencia sobre “La mujer en  el derecho civil” denunciando la injusta situación jurídica de las mujeres en el contexto español. El fruto del encuentro se materializa en la creación de la Comisión de Estudios y en 1971  de la Asociación de Mujeres juristas (AEMJ).

Su incesante labor no cesa y en 1973 con otras tres mujeres juristas, en el seno de la Comisión General de Codificación del Ministerio de Justicia (CGC), ingresa para participar en el estudio de la reforma de la situación jurídica de las mujeres en España.

Su participación fue determinante para devolver a las mujeres su capacidad plena de obrar al eliminar la obediencia al marido, la licencia marital y todas las discriminaciones por razón de sexo, poniendo a la mujer en plano de igualdad legal con el marido, excepto, la patria potestad conjunta y la administración conjunta de los bienes gananciales, que fueron objeto más tarde, de la ley de mayo de 1981.

Igualmente tuvo una destacada participación en los estudios previos a la aprobación de la ley de 7 de julio de 1981 sobre “Clases de matrimonio, separación, nulidad y divorcio”.

Su labor jurídica fue decisiva para rebajar la edad legal de la mujer de 25 a 21 años en el Código Civil.

María Telo Núñez fue una reconocida jurista española que destacó por su activismo en defensa de la democracia y de la igualdad de la mujer.

Gracias al trabajo de mujeres como María Telo se pudo conseguir una reforma del código Civil que anuló esta situación que relegaba a las mujeres a un estatus legal Jurídico idéntico al de los menores y los minusválidos psíquicos y que las obligaba a obedecer al marido por imperativo legal.

Es autora de numerosos artículos y libros entre los que destaco ‘Mi lucha por la igualdad jurídica de mujer’.

Durante su más que brillante carrera profesional ha recibido numerosos galardones entre los que me gustaría destacar:

Ø  La Cruz distinguida de primera Clase de San Raimundo de Peñafort, del Ministerio de Justicia.

Ø  Premio Mujer Progresista 1995 de la Asociación de Mujeres Progresistas, en 1976.

Ø  Condecoración de la Federación Latinoamericana de Abogadas, en 1996 «como testimonio y reconocimiento a su solidaridad para las abogadas y mujeres de carreras jurídicas, en las luchas por obtener verdaderos espacios de Igualdad, Justicia y Paz para la humanidad y por su esfuerzo al contribuir a la evolución de las Instituciones del Derecho».

Fuentes

https://mujer-igualdad.getafe.es/portalgetafe/maria-telo.php

https://malostratos.org/portfolio-item/maria-telo/

RETO 5. ATERRIZANDO EN NUESTRA REALIDAD

      Cuando se realiza una experiencia de reflexión tan intensa como la llevada a cabo, jalonada de tantas etapas, con tantos contenidos ap...