RETO 3
POLÍTICAS
PÚBLICAS POR LA IGUALDAD
La política
pública que he elegido está centrada en la presentación de una iniciativa
que conjuga el rasgo de la interseccionalidad, es decir, una situación
concreta en la que diferentes tipos de discriminación y desventajas se
concentran sobre un mismo grupo de personas, en este caso, mujeres con
problemas de salud mental y en situación de exclusión social.
Conozco este proyecto desde sus
inicios; para conocer más de él tenemos que coger una mochila y marcharnos a Salamanca,
más concretamente al pueblo de Santa Marta, en donde hace 7 años se puso en
marcha un proyecto de atención y acompañamiento a personas con problemas de
salud mental y exclusión social; cuando quien padece estas situaciones es una
mujer la problemática se agrava.
El Ayuntamiento de la ciudad,
junto a la Asociación de Caritas y en estrecha colaboración con Servicios
Sociales y Sanidad llevan adelante este proyecto que está suponiendo un apoyo
fundamental a la sociedad en general y, especialmente, a las mujeres.
Voy a analizar
la política pública elegida de la mano del testimonio de Toya, enfermera
y filósofa, quien aunque trabaja en el Hospital Clínico de Salamanca, desde
hace varios años ejerce una tarea de voluntariado con las mujeres que acuden a este
proyecto pionero.
Los objetivos
que busca y persigue en el empoderamiento de las mujeres son:
ü
Dotar a las mujeres de herramientas para
entender su situación y proyectar otra lectura y perspectiva de ellas mismas y
de su entorno que les haga tomar conciencia de la realidad de inferioridad en
la que se encuentran y que han llegado a normalizar y a aceptar. Solo cuando
hayan sido capaces de cambiar esa mirada podrán asumir ellas el protagonismo de
sus vidas pudiendo hacerse respetar y defender sus derechos.
ü
Conocer a las mujeres que antes que
ellas han sido capaces de realizar conquistas fundamentales en favor de la igualdad;
recontar la historia desde otra visión más allá de la perspectiva masculina
desde la que se han escrito los progresos históricos. Solo desde esos
referentes tan innovadores se podrán abrir los horizontes de esta mujeres para ser
conscientes de todo lo que en su día a día pueden hacer para seguir
luchando por sus derechos.
ü
Tomar conciencia de los abusos sexuales y
las formas de opresión a lo que unas y otras están sometidas y tantas veces
padecen por la situación de calle, exclusión o enfermedad mental.
ü
Descubrir la responsabilidad que es
de cada una de ellas para dejar una historia mejor, igual que a nosotras nos la han dejado
como legado tantas mujeres, conocidas o no, por todos.
Estos
objetivos pretenden incidir en los roles que siempre han asumido
las mujeres y los espacios a los que ha estado limitada, el doméstico y el de
la subordinación a los que tenían dinero y a los que decidían por ellas.
Los recursos
puestos a su disposición son de
libre acceso para todas ellas; la participación en el mismo les posibilita
acceder a puestos de empleo tras recibir una formación y pueden optar a una
vivienda compartida que ellas mismas gestionan de forma cooperativa,
facilitando el cultivo de su autonomía y sus habilidades sociales.
La representación
ejercida por las mujeres en esta herramienta es fundamental ya que cada semana
pueden participar en la orientación de las actividades que se llevan a cabo y sobre las que tienen voz de cara a mejorar su progreso
personal.
El impacto que
está teniendo es fundamental para el entorno, para las familias, para la
sociedad, para los centros educativos en los que estas mujeres intervienen
visibilizando su situación y sus luchas, pero, sobre todo, para ellas mismas al
reconocerse capaces de ser protagonistas de su vida y salir de la situación de
manipulación y opresión en la que han vivido durante largos años.
Los encuentros
semanales que Toya realiza con estas mujeres, les permite hablar entre ellas,
ser fuente de empoderamiento y fortaleza y disfrutar de un ambiente seguro que
les devuelve la confianza y les permite vivir desde las fortalezas que tienen en
medio de esa interseccionalidad de vulnerabilidades.
Consiguen que
la sociedad nos pongamos las gafas de la acogida y la escucha cuando tantas
veces marginamos, miramos de lado o de forma despectiva, a mujeres que padecen problemáticas
tan complejas.
En conclusión,
las fortalezas que desarrollan son, fundamentalmente, mirarse como
compañeras desde una perspectiva reconciliada hacia ellas mismas y a su
historia.
Consiguen
alzar la voz y visibilizar sus realidades.
Identifican
las diferencias entre sexo y género en medio de una interseccionalidad de situaciones
de vulnerabilidad.
Consiguen
hablar de la opresión estructural que a través del lenguaje se sigue ejerciendo
en la sociedad y no implementar ni repetir patrones tantas veces interiorizados
con los que se consigue el refuerzo de la marginación.
La capacidad
que consiguen estas mujeres de luchar por su autonomía, su auto gestión y de la
esperanza que se les abre del acceso al mercado de trabajo, gracias a la no dependencia
de otras figuras.
No me atrevo a
delinear debilidades en esta iniciativa ya que la capacidad de apoyo a
las mujeres y las perspectivas que se les abren son a día de hoy fuertes y
sólidas.
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