sábado, 12 de octubre de 2024

 

RETO 3

POLÍTICAS PÚBLICAS POR LA IGUALDAD

 

La política pública que he elegido está centrada en la presentación de una iniciativa que conjuga el rasgo de la interseccionalidad, es decir, una situación concreta en la que diferentes tipos de discriminación y desventajas se concentran sobre un mismo grupo de personas, en este caso, mujeres con problemas de salud mental y en situación de exclusión social.

Conozco este proyecto desde sus inicios; para conocer más de él tenemos que coger una mochila y marcharnos a Salamanca, más concretamente al pueblo de Santa Marta, en donde hace 7 años se puso en marcha un proyecto de atención y acompañamiento a personas con problemas de salud mental y exclusión social; cuando quien padece estas situaciones es una mujer la problemática se agrava.

El Ayuntamiento de la ciudad, junto a la Asociación de Caritas y en estrecha colaboración con Servicios Sociales y Sanidad llevan adelante este proyecto que está suponiendo un apoyo fundamental a la sociedad en general y, especialmente, a las mujeres.

Voy a analizar la política pública elegida de la mano del testimonio de Toya, enfermera y filósofa, quien aunque trabaja en el Hospital Clínico de Salamanca, desde hace varios años ejerce una tarea de voluntariado con las mujeres que acuden a este proyecto pionero.

Los objetivos que busca y persigue en el empoderamiento de las mujeres son:

ü  Dotar a las mujeres de herramientas para entender su situación y proyectar otra lectura y perspectiva de ellas mismas y de su entorno que les haga tomar conciencia de la realidad de inferioridad en la que se encuentran y que han llegado a normalizar y a aceptar. Solo cuando hayan sido capaces de cambiar esa mirada podrán asumir ellas el protagonismo de sus vidas pudiendo hacerse respetar y defender sus derechos.

ü  Conocer a las mujeres que antes que ellas han sido capaces de realizar conquistas fundamentales en favor de la igualdad; recontar la historia desde otra visión más allá de la perspectiva masculina desde la que se han escrito los progresos históricos. Solo desde esos referentes tan innovadores se podrán abrir los horizontes de esta mujeres para ser conscientes de todo lo que en su día a día pueden hacer para seguir luchando por sus derechos.

ü  Tomar conciencia de los abusos sexuales y las formas de opresión a lo que unas y otras están sometidas y tantas veces padecen por la situación de calle, exclusión o enfermedad mental.

ü  Descubrir la responsabilidad que es de cada una de ellas para dejar una historia mejor, igual que a nosotras nos la han dejado como legado tantas mujeres, conocidas o no, por todos.

Estos objetivos pretenden incidir en los roles que siempre han asumido las mujeres y los espacios a los que ha estado limitada, el doméstico y el de la subordinación a los que tenían dinero y a los que decidían por ellas.

Los recursos  puestos a su disposición son de libre acceso para todas ellas; la participación en el mismo les posibilita acceder a puestos de empleo tras recibir una formación y pueden optar a una vivienda compartida que ellas mismas gestionan de forma cooperativa, facilitando el cultivo de su autonomía y sus habilidades sociales.

La representación ejercida por las mujeres en esta herramienta es fundamental ya que cada semana pueden participar en la orientación de las actividades que se llevan a cabo y sobre las que tienen voz de cara a mejorar su progreso personal.

El impacto que está teniendo es fundamental para el entorno, para las familias, para la sociedad, para los centros educativos en los que estas mujeres intervienen visibilizando su situación y sus luchas, pero, sobre todo, para ellas mismas al reconocerse capaces de ser protagonistas de su vida y salir de la situación de manipulación y opresión en la que han vivido durante largos años.

Los encuentros semanales que Toya realiza con estas mujeres, les permite hablar entre ellas, ser fuente de empoderamiento y fortaleza y disfrutar de un ambiente seguro que les devuelve la confianza y les permite vivir desde las fortalezas que tienen en medio de esa interseccionalidad de vulnerabilidades.

Consiguen que la sociedad nos pongamos las gafas de la acogida y la escucha cuando tantas veces marginamos, miramos de lado o de forma despectiva, a mujeres que padecen problemáticas tan complejas.

En conclusión, las fortalezas que desarrollan son, fundamentalmente, mirarse como compañeras desde una perspectiva reconciliada hacia ellas mismas y a su historia.

Consiguen alzar la voz y visibilizar sus realidades.

Identifican las diferencias entre sexo y género en medio de una interseccionalidad de situaciones de vulnerabilidad.

Consiguen hablar de la opresión estructural que a través del lenguaje se sigue ejerciendo en la sociedad y no implementar ni repetir patrones tantas veces interiorizados con los que se consigue el refuerzo de la marginación.

La capacidad que consiguen estas mujeres de luchar por su autonomía, su auto gestión y de la esperanza que se les abre del acceso al mercado de trabajo, gracias a la no dependencia de otras figuras.

No me atrevo a delinear debilidades en esta iniciativa ya que la capacidad de apoyo a las mujeres y las perspectivas que se les abren son a día de hoy fuertes y sólidas.

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